viernes, 29 de marzo de 2013

Mensajes en la ciudad

De vez en cuando, se me ocurren ideas que guardar en este rinconcito mío que es este blog. Es una parte de mí y a veces las entradas son personales y otras son las personas que me rodean las que salen en él. El caso es que ayer me tocó vivir un día intenso (bueno, si lo pienso bien, llevo una semana intensa), pero de manera positiva ("siempre positifa, nunca negatifa"). Aún así, y aunque fueran pensamientos positivos, llegó un momento que sentía que me iba a explotar la cabeza. Venía caminando por la calle de Alcalá (pero no llevaba falda, ni remangá ni ná) y después de intentar empty my mind*, como decía Bruce Lee en aquella entrevista memorable ("Be water, my friend"), nada, que ni que fuera "formless" o "shapeless"**, que las ideas iban, venían, llamaban a la puerta, golpeaban, se marchaban, daban un zapateado y yo, que seguía caminando por la calle, respirando profundo, estaba empezando a desesperar, cuando hete aquí una de esas CAUSAlidades de la vida que te hacen sonreír; como diría Goyo Jímenez, "no lo cuento, mejor lo hago", en este caso, "lo muestro":
Todavía no he conseguido acallar el cerebro y ese parloteo interminable que tiene con vete a saber quién, porque yo no le hago mucho caso, pero al menos me reí un rato. Y cuando ya parecía que estaba "desconectando" un poco, los mensajes que te manda la vida continuaron llegando en forma de cartel publicitario:
Claro que el mensaje de este último cartel era más prosaico (algo de ingresar las nóminas en ese banco), pero me llegó.
El siguiente mensaje...no sé, quizá me pasé interpretando mensajes, porque me parece que la moraleja de la historia es que me relaje y lea para llegar a vieja. A ver qué os parece a vosotros:

En fin, como diría mi genial madre, "¿qué le vamos a hacer?"...

* vaciar mi mente
** sin forma o sin contorno

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